Prosa para Miguel Espinosa "Armillita"
07/11/2017 11:58:37
Te pienso y te lloro.
Te abrazo y te evoco.
Te extraño, te nombro.
Imploro y no logro,
que te hayas marchado.
Cayó como un rayo en mí la noticia,
haciendo pedazos como una injusticia.
Y es que no lo entiendo, cómo así, de tajo,
así tan de pronto,
si hace apenas días tú y yo platicamos.
Hablamos de aquellos pases naturales,
los que interpretabas.
Y como tú… nadie.
Mi querido gordo De Román,
de tardes De Fabián,
de Nieves de tu padre ausente,
de Fermín,
del rancho en aquella tienta,
tan de contrabando de la taleguilla.
La de la cornada.
La de aquella tarde tan ensangrentada.
Y tantos pasajes, y tantas cantadas del Cabujas,
Carlos, la Sra. Tala, tu padre…
“El Maestro”.
Mientras cocinaba aquella paella y yo le ayudaba,
¡¡¡que ya no respira!!!
Que ya estás con ellos.
Tu padre se alegra.
Tu madre te abraza.
Hacia el mismo Cielo vas partiendo plaza.
Serás para siempre por tu esencia y arte,
un torero eterno Miguel.
“Un Gigante” por tus chicuelinas,
por tus naturales,
por aquella forma de sentir tus lances.
Te pienso y te lloro.
Me quedo contigo.
Tuve yo la suerte de sentirte amigo.
De sufrir tu muerte.
De sentirte vivo Miguel Espinosa…
Dios ya está contigo.
Te abrazo y te evoco.
Te extraño, te nombro.
Imploro y no logro,
que te hayas marchado.
Cayó como un rayo en mí la noticia,
haciendo pedazos como una injusticia.
Y es que no lo entiendo, cómo así, de tajo,
así tan de pronto,
si hace apenas días tú y yo platicamos.
Hablamos de aquellos pases naturales,
los que interpretabas.
Y como tú… nadie.
Mi querido gordo De Román,
de tardes De Fabián,
de Nieves de tu padre ausente,
de Fermín,
del rancho en aquella tienta,
tan de contrabando de la taleguilla.
La de la cornada.
La de aquella tarde tan ensangrentada.
Y tantos pasajes, y tantas cantadas del Cabujas,
Carlos, la Sra. Tala, tu padre…
“El Maestro”.
Mientras cocinaba aquella paella y yo le ayudaba,
¡¡¡que ya no respira!!!
Que ya estás con ellos.
Tu padre se alegra.
Tu madre te abraza.
Hacia el mismo Cielo vas partiendo plaza.
Serás para siempre por tu esencia y arte,
un torero eterno Miguel.
“Un Gigante” por tus chicuelinas,
por tus naturales,
por aquella forma de sentir tus lances.
Te pienso y te lloro.
Me quedo contigo.
Tuve yo la suerte de sentirte amigo.
De sufrir tu muerte.
De sentirte vivo Miguel Espinosa…
Dios ya está contigo.
JOSÉ MARÍA NAPOLEÓN,
06/NOV/2017.
06/NOV/2017.
José María Napoleón
Redacción
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