No puedo describir la emoción que sentí cuando por fin lo tuve en mis manos. Desde la primera palabra llegó a mis oídos tu voz, esa voz tan cálida y tan familiar que me ha abrazado por tanto tiempo, desde siempre. Tus palabras fueron despertando mis propios recuerdos dormidos y algunas lágrimas que estaban escondidas en algún rinconcito oscuro y que también había olvidado. Trajiste aquéllos buenos tiempos, a personas queridas que ya se fueron, sentimientos, muchos sentimientos, esas palabras tan sencillas, tan tuyas que me iban envolviendo en tu historia, una historia de la cual yo me sentí parte.
Me hiciste reír con tus anécdotas, pero también me hiciste entristecer por tan duros momentos, por la soledad, por las derrotas, y al final, estamos donde debemos estar, luchamos, caímos y nos volvímos a levantar, cada quien a su manera y no morimos en el intento.
Estamos aquí, ahora. La vida nos ha sacado algunas canas, (verdes y sobretodo blancas), pero aquí seguimos.
Tengo la certeza de que este sentimiento que ha vivido siempre en mi corazón, vivirá por siempre y para siempre, con un profundo agradecimiento para tí, por lo que tu presencia en mi vida me ha dado, por tus canciones, por tu música, por existir, por ser...
Gracias José María, por todo lo que sin saber, me has dado.
José María Napoleón.
´Lucía, 4 abril, 2014.
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